El amor sigue invicto
Todo el horror del mundo sucumbe ante el eco infinito de un beso . . .
En esta columna hemos hablado de algunos de los problemas que sacuden a la sociedad mexicana y al mundo. Desde la cómica volatilidad de los políticos mexicanos hasta el terrible flagelo del terrorismo. El día de hoy , acontecimientos de índole personal en la vida del autor, le han hecho reflexionar sobre un tema poco tocado desde la óptica del periodismo (aunque omnipresente en la actividad artística) : el amor.
La historia masificada que se plasma en los diarios (plagada de colectivos impersonales) se fragmenta cotidianamente en millones de historias , cada una de ellas fascinantes, movidas todas por el deseo más nítido y desinteresado de la naturaleza humana: el de amar y ser amado.
Aún azotado por el hambre o la injusticia el amor se abre camino, es un sobreviviente, verdadero hilo conductor de la historia, el elemento de continuidad que proyecta a nuestra especie através de los milenios.
El amor no se compra , ni se arrebata , ni se negocia , se crea pero rara vez se destruye. Está en todos lados , siempre, nos hace legendarios e infinitos. Reinventa el tiempo , vuelve eternos los segundos de la espera y brevísimas las horas del encuentro, florece en la frialdad del mundo como la flor entre los cardos.
Y cada día encontramos nuevos motivos para creer que sigue invicto . . .
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