Londres, doloroso error
A casi cuatro años de los terribles sucesos en Nueva York , Madrid y Londres han sido golpeadas por el flagelo del terrorismo. La inoperancia defensiva de las grandes capitales hace pensar que la estrategia del 11-S a la fecha ha sido completamente equivocada
El 11 de Septiembre de 2001 el mundo se estremeció ante la noticia de que la sangrienta organización terrorista Al Qaeda había logrado con relativa facilidad violar los mecanismos de defensa de la nación más poderosa del mundo. Un disperso e impopular presidente Bush se convertía en el comandante en jefe de una cruzada mundial contra el terrorismo. La libertad , piedra angular en el desarrollo de los estadounidenses, fue sustituida por una paranoia antiterrorista en buena medida fomentada desde la casa blanca. En cuatro años Washington lanzó dos ofensivas contra países paupérrimos , pero que supuestamente alentaban las actividades terroristas. Por un lado logró el derrocamiento del cruel régimen Talibán en Afganistán , por el otro , pudo derrotar al fin al mítico Saddam Hussein , con quien la familia Bush tenía cuentas pendientes.
Pero pese a haber descarrilado a esos "patrocinadores del terror" , el 11 de Marzo de 2004 Madrid fue blanco de nuevos ataques elucubrados por la misma organización que ofendió a Nueva York.
El balance de las cuentas resultó muy negativo para la guerra mundial contra el terrorismo ya que no sólo demostró la ineficacia de las invasiones a Irak y a Afganistán tambien hizo patente que se había extendido el encono de las organizaciones terroristas a los países aliados en tan desafortunadas ofensivas.
Hoy Londres vuelve a mostrar al mundo esas heridas abiertas.
Lo más preocupante es que EUA y sus naciones aliadas iniciaron una guerra en la que hasta el momento están siendo vapuleados y que ha costado la vida ya a miles de personas. Arrasar con Afganistán e Irak no sólo no solucionó el problema , lo hizo mucho mayor. Por un lado el fuerte sentimiento de despojo al que se ve sometida la comunidad Islámica por los constantes ataques diplomáticos y militares de Washington es un semillero perfecto para la crianza de futuros y muy violentos terroristas. Por el otro la falsa sensación de confianza en los Aliados los hizo relajar sus medidas de seguridad internas y volverse vulnerables ante nuevas agresiones de una organización perfectamente estructurada, flexible y escurridiza como Al Qaeda cuyo líder sigue en libertad y enfrenta con hechos como los ocurridos en Londres a las corporaciones de inteligencia más respetadas del mundo (CIA y Scotland Yard).
El caso particular de la capital inglesa , denota errores monumentales que las autoridades deben esclarecer de frente al pueblo Británico. Después de Madrid , Londres era el blanco natural de Al Qaeda , por su correlación directa con la invasión a Irak. Peor aún, la logística utilizada para perpetrar los ataques a esa ciudad fue la misma que para la capital Española. En otras palabras, sabían que iban a ser atacados , sabían cómo podían ser atacados y en 16 meses no pudieron evitarlo.
Error dolorosísimo de un gobierno más preocupado por secundar la ira de Washington que en cuidar a sus propios gobernados.
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