lunes, diciembre 19, 2005

Editorial 19-Dic-2005 : El triunfo de Evo

El triunfo de Evo Morales en Bolivia es una muestra más de la inevitable vuelta a la izquierda en latinoamérica. La caída del muro de Berlín y la desintegración de la URSS noquearon al movimiento socialista en américa latina y le abrieron las puertas a gobiernos que enarbolaban el estandarte del libre mercado como la respuesta a todas las necesidades sociales de la región. Más por resignación que por convicción, los estratos más lastimados por la pobreza debieron aceptar un modelo económico gestado en los salones de las más prestigiosas universidades estadounidenses a miles de kilómetros de distancia de su realidad. Pese a esto el neoliberalismo triunfó en gran parte del subcontinente ; era de esperarse , el discurso de la izquierda se había anclado en los postulados de la internacional socialista y ya sin la bendición doctrinal (y económica) soviética había perdido toda su vigencia.

Los profetas del mercado pidieron tiempo a la población para recibir los beneficios tangibles de las nuevas diretrices económicas , necesitaban -en primer lugar- resarcir el daño que el populismo había causado con sus políticas proteccionistas , culpables de frenar la expansión del capital privado y el abatimiento automático de la pobreza.

El paso de los años exhibió las deficiencias teóricas del modelo que reducía al estado a un árbitro económico y dejaba en manos de la iniciativa privada la justicia social. América Latina había pasado de una dictadura de élites políticas a otra regida por las económicas. Durante este lapso la izquierda se rehizo y creó estrategias para explotar los flancos abiertos de la filosofía económica reinante, supo capitalizar la desconfianza generada en amplios sectores de la población por la falta absoluta de resultados en el corto plazo respecto a temas sociales urgentes.

Los gobiernos izquierdistas están resurgiendo en la zona , aunque eso tampoco se traduce en mejoras automáticas a la calidad de vida de sus habitantes. Uno de los problemas más visibles es la falta de matices a nivel nacional en el discurso de la izquierda. A nivel internacional es fácil distinguir all gobierno de Lula y al de Chávez o al de Lagos y al de Castro, pero en el interior de Brasil, Venezuela , Chile o Cuba no existe la gama ideológica necesaria para contrastar entre una postura radical de tintes comunistas o una más moderada tendiente al liberalismo. La operación de la izquierda parece estar dividida en grupos de poder que monopolizan la herencia de las luchas sociales y deciden unilateralmente el "tono" de su ideología. Así , si la izquierda venezolana es radical , los habitantes de ese país estarán condenados a un gobierno como el de Hugo Chávez y no tienen otra alternativa más que la vuelta a una derecha en la que no confían. La historia política nos deja una importante lección , una alternativa sin competencia termina por morir y generar incontables problemas para las naciones. Si la izquierda no se permite dividir y competir con ella misma y no sólo con la derecha , se irá debilitando hasta perder nuevamente su vigencia y sobre todo , contribuirá a consolidar el fatalismo político en el que se ven envueltos los ciudadanos de las incipientes democracias latinoamericanas.