jueves, diciembre 22, 2005

Un cuento de navidad (Parte II)

IV.

María era una joven muy poco convencional. No estaba muy preocupada por acicalarse ni por gustarle a los muchachos. Le gustaba caminar por las calles en silencio , observando. Le fascinaba la disposición casi artística de las frutas sobre los canastos de la recaudería , la suavidad con la que el misterioso carpintero sacaba jirones de la madera , la manera en que el sol iba descubriendo en ocre los senderos invadidos por la oscuridad.

No le gustaba la religión , presumía de tener un contacto privilegiado con dios , decía que desde pequeña siempre la visitaba en la forma de un picaflor de luz o de brisa marina. Por las noches podía tocar los dedos de los ángeles sólo estirando su mano.

Cierto día sus gritos hicieron entrar a su madre a la habitación , María estaba bañada en sudor , sobresaltada , sollozante:

"Lo pude ver mamá , era él";"¿Quién?";"Era mi hijo , ya era un adulto pero podía reconocerlo , había mucha mucha sangre , soldados con lanzas . . . clavos , espinas";"Sólo fue una pesadilla hija".

Al día siguiente Ana telefoneó al médico de la familia.
"Doctor Gabriel". . . "Necesito que vea a mi hija, tengo un mal presentimiento" . . . "Sí, la próxima semana está bien" . . .

V.

"¡Herodes , sal a darnos la cara ! , ¡Sal a explicarle a tu pueblo por qué no tenemos agua! . . . " ¡ni luz!" . . . "¡Y nos estamos muriendo!".Gritaba la multitud delante de la opulenta sede del gobierno.
El robusto Herodes observaba por la cortina apenas abierta . . .
"Míralos nada más" . . ."¡Ahora resulta que yo soy el culpable de que ellos sean unos miserables! . . . ¿sabes por qué es pobre la gente?" ; Su secretario negó con la cabeza ; "¡Por holgazanes! porque quieren que les den en la mano lo que no saben trabajar para ganarse"; "Así es la chusma señor , un día se suben impuestos y quieren linchamiento , al día siguiente les salvan la vida y lo convierten en héroe";"¿salvar la vida, dijiste?";"Sí señor". Herodes se sentó en un escritorio con las manos entrelazadas , un halo de perversidad se dibujó en su rostro : "Manda llamar al comandante Pantera".

Un hombre fuerte , de rasgos Africanos entró por la puerta de la oficina unos minutos después :
"A la orden señor";"Comandante , en el ejército le enseñaron el arte de la obediencia ¿cierto?","Sí señor";"No importando cuán infame sea la naturaleza de la orden ¿verdad?" ; un trago de saliva pasó por la enorme manzana de Adán del soldado; "Así es señor";"Entonces usted es el indicado"; Pantera vio en los ojos de Herodes la expresión del predador antes del primer chorro de sangre.

VI.

"Te dije que no se podía confiar en un carpintero" , recriminó Joaquín a Ana. "Los escuché hablar del nacimiento del niño , habíamos quedado que se avisaría hasta un año después de la boda, ahora seremos el hazmereir de esa prole"; se llevó las manos a la cabeza; "son sólo unos cuantos Joaquín , se les va a olvidar pronto , casi todos están en la manifestación en el palacio".

José era un hombre muy querido entre la gente, mucho más habil con las manos que con las palabras , pero de buen corazón. Nunca se casó. El pueblo rumoraba acerca del amor no correspondido de una muchacha rica. La noticia de su matrimonio con María fue recibida con extrañeza , pero con una genuina alegría.

José cumplió al pie de la letra con las condiciones de Don Joaquín y la noche siguiente a la boda se trasladó a Belén despidiéndose sólo de los necesarios y con magras explicaciones para su familia. Unos meses después la matrona del pueblo quien tenía fama de poseer dotes de síbila observó al cielo y con los ojos llenos de lágrimas murmuró : "ya nació . . . si quieren conocerlo háganlo ahora antes de que tenga que escapar";"¿por qué lloras mujer?"; señaló arriba ; "la muerte está sobre nuestras cabezas".