viernes, enero 20, 2006

Editorial 20-Ene-2005 : Osama hace política

De nueva cuenta el líder de Al Qaeda Osama Bin Laden ha amenazado con ordenar atentados terroristas en contra de Estados Unidos.

Queda claro que no será fácil llevar a cabo otro atentado como el del 11 de septiembre de 2001, pero la simple amenaza es capaz de movilizar a la sociedad norteamericana , como sucedió durante el proceso electoral de 2004.

Pero la más reciente aparición de Bin Laden merece un análisis separado al de sus anteriores amagues. Por primera vez plantea la posibilidad de una tregua a cambio de la no intervención en Irak y Afganistán. Otra variante es que la "guerra santa" no fue el tema central de su mensaje en esta ocasión, se refirió a las empresas que se han enriquecido con las intervenciones ordenadas durante el gobierno de W. Bush.

La lectura parece inequívoca , Osama está haciendo política y no terrorismo. Un video suyo le otorgó la reelección al presidente Bush hace dos años cuando Jhon Kerry iba ligeramente arriba en las encuestas. La amenaza de Al Qaeda hizo que los norteamericanos optaran por reelegir al que consideraban que podía manejar mejor la política antiterrorista. Para un hombre de la sagacidad de Bin Laden este efecto colateral no pudo estar fuera de cálculo. La pregunta es ¿por qué querría el líder de Al Qaeda a Bush otros cuatro años en el gobierno de EU?. En primer lugar Kerry nunca fue claro sobre lo que sucedería con la intervención en Irak, para ese entonces la ocupación norteamericana no tenía el alto grado de desaprobación con el que cuenta actualmente; en parte porque Al Qaeda no había fustigado a las tropas norteamericanas con la misma energía con la que lo hace ahora. Osama reconoció ese error y decidió intervenir en el proceso electoral norteamericano mediante la publicación de un video el día antes de las elecciones. Si hubiera convertido a Irak en un infierno terrorista durante el mandato de un presidente emanado del partido demócrata le hubiera asegurado a los republicanos su boleto a la casa blanca para el 2008 al demostrarse la poca eficiencia en la lucha contra el terrorismo de sus adversarios políticos.

Con W. Bush sentado en la oficina oval el caos Iraquí le muestra a la sociedad estadounidense la escasa capacidad de su líder. Y este desencanto se puede reflejar en las urnas tanto en la renovación del congreso como en los comicios presidenciales del 2008. Bin Laden prefiere a un demócrata al mando del país que más odia y eso tampoco es casual. El presidente Bush ha favorecido a un puñado de empresas con la concesión del petróleo Iraquí. Esos beneficiarios se constituyen eventualmente en competidores para los negocios de la familia Bin Laden.

Las declaraciones del líder de Al Qaeda son un golpe seco al corazón del Partido Republicano y al del hombre que ha sumido a la "tierra de la libertad" en un doloroso letargo durante los últimos seis años.