lunes, enero 02, 2006

El top 10 de la vergüenza : Escándalos políticos del año (1)

1. El juicio de desafuero.

El proceso de desafuero en contra del jefe de gobierno del distrito federal Andrés Manuel López Obrador sumió al país es una sui géneris tragicomedia que terminó por revelar la escasa estatura intelectual de la mayoría de los integrantes de la política mexicana.

Algún mediocre aprendiz de Maquiavelo decidió orquestar una poco afortunada ofensiva jurídica para frenar las aspiraciones presidenciales de Andrés Manuel López Obrador.

Un juicio por desacato a la orden de un juez federal dio el pretexto ideal para quitarle el fuero constitucional al entonces gobernante de la capital de la república y con ello poder ejercer acción penal en su contra y hacer ilegal una eventual candidatura a la presidencia.

Algo que desconocían los creadores de este perverso plan eran los rasgos de la psicología del pueblo mexicano que se puso inmediatamente del lado del que consideraban perseguido.

López Obrador supo capitalizar esa simpatía popular y logró aumentar significativamente su porcentaje de votantes potenciales.

Ante los efectos adversos de la ofensiva en contra del jefe de gobierno , el poder ejecutivo decidió dar marcha atrás y otorgar un indulto al tabasqueño.

La imagen de los actores involucrados en el proceso sufrió severos daños.

Por un lado se exhibió el doble discurso del gobernante Partido Acción Nacional, quien se había erigido como el encargado de romper con la oscura tradición priísta en el ejercicio del poder, pero no dudó en aliarse con el PRI para operar el juicio de desafuero.


El PRI demostró que la reflexión sobre su oferta política desde la oposición ha sido poco eficaz y que sigue contando con un poderoso arsenal de maniobras deshonestas.

No fue muy diferente el panorama para el PRD y su candidato único Andrés Manuel López Obrador. El entonces jefe de gobierno desperdició la atención mediática mediante el uso de un discurso iterativo, lineal, predecible. Además su defensa ante la cámara de diputados fue lamentable, llena de lugares comunes, carente de imaginación y dotes de auténtico estadista.

Para el PRD como conjunto el balance del desafuero tampoco fue nada halagüeño. Demostró un limitado margen de operación política, basado en la movilización popular, incapaz de operar alianzas para frenar la predecible ofensiva oficial.

El gobierno del presidente Fox tampoco salió indemne. Su desorganización y escasa visión de estado salió a flote durante todo el proceso y fue rematada con la graciosa huida del presidente y la decapitación de la PGR.

Es triste para la nación mexicana haber vivido un episodio tan lamentable como el juicio de desafuero, pero lo es aún más el pensar que el destino del país quedará en manos de alguno de sus actores.