El reto de Salinas
El "innombrable", ese oscuro personaje cuyo arribo a la presidencia se fincó en un gigantesco fraude electoral, aquel derrotado por un efímero grupo dentro del PRI que se atrevió a desafiar la bula presidencial en la sucesión después del asesinato del candidato oficial. Carlos Salinas de Gortari , el último cacique federal, vuelve a la escena política nacional justo antes de la elección presidencial , donde -sin lugar a dudas- su influencia será más grande de lo deseado por muchos de sus enemigos.
La exoneración de Raúl Salinas y la imposibilidad del grupo del expresidente Zedillo para participar en la sucesión presidencial son el escenario idóneo para el regreso de Carlos Salinas de Gortari a la escena política nacional , lo hace a través de la "Fundación Solidaridad" de naturaleza altruista. Todo indica un afán del expresidente por "limpiar" su golpeada imagen. En un político de la capacidad de Salinas este esfuerzo no puede ser gratuito. El expresidente quiere hacer público lo que en la intimidad política se sabe desde hace años , la voz de Salinas aún pesa, es la voz de la tradición que mantuvo al PRI durante 70 años en el poder y esa inercia no pudo ser frenada ni siquiera por su sucesor al abrirle las puertas de Los Pinos al PAN.
Durante la última década la cercanía con Carlos Salinas ha sido un gravoso pasivo para los integrantes de la clase política , fue el ariete con el que se increpaban Roberto Madrazo y Francisco Labastida durante la interna del 99 y fue también un elemento importantísimo durante la comedia surrealista del desafuero. Nadie quiere ser amigo de Salinas , pero en la intimidad nadie quiere ser su enemigo tampoco. Y es que el liderazgo del expresidente ha sido el último tangible dentro del PRI , Zedillo nunca pudo superar la sombra del cacique , al grado de ser recordado por la militancia como un entreguista más que como un demócrata. Los tentáculos del expresidente se extienden a lo largo de casi todos los partidos políticos cuyo favor ganó durante el sexenio, el único frente donde no tenía influencia (el PRD de su acérrimo enemigo. Cuauthemoc Cárdenas) , ha sido asaltado por algunos de sus más cercanos ex colaboradores , protegidos bajo el brazo paternal de López Obrador. Además una de sus más brillantes entenadas (Elba Esther Gordillo) parece destinada a ser factor decisivo en la elección del próximo presidente mediante la cargada del SNTE en unas elecciones probablemente marcadas por el abstencionismo.
La vigencia de CSG es incuestionable y el liderazgo que está dispuesto a retomar mediante su cruzada personal a lo largo del territorio nacional puede ser un incómodo obstáculo para el próximo presidente quien de por sí cargará con el enorme lastre de un país escéptico y desilusionado por el "gobierno del cambio".
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