miércoles, agosto 03, 2005

La diplomacia ha muerto . . .

El colofón de las grandes guerras del siglo pasado fue la búsqueda de organismos internacionales que ayudaran a dirimir los conflictos entre países fuera de los campos de batalla. Los atentados del 11 de Septiembre parecen haberle dado al presidente Bush los argumentos suficientes para menospreciar los esfuerzos diplomáticos en aras de la defensa de la seguridad norteamericana.

La censura de Washington respecto a los planes de desarrollo de energía nuclear de Irán, es sin lugar a duda otro de los exabruptos de la política exterior EstadoUnidense. El mensaje que se envía al mundo desde la casa blanca implica que cualquier país árabe (por el simple hecho de serlo) debe ser muy cuidadoso y no realizar ninguna acción sospechosa a los ojos de Estados Unidos si no quiere atenerse a las funestas consecuencias. Esta paranoia norteamericana está en parte propiciada por la erosión a la que ellos mismos sometieron a la diplomacia internacional. Al debilitarse la intervención de la ONU en los diferendos entre naciones , la fuerza se convirtió en la única alternativa viable para hacerse respetar ante el resto del mundo.

Pero lo más grave es que el gobierno del presidente Bush ha cambiado la óptica moral de la política internacional. Aunque es utópico pensar en una guerra sin intereses económicos implícitos, nunca como ahora habían sido tan descaradas las intenciones de lucro en las intervenciones norteamericanas (muchas veces realizadas como "desestabilizaciones" y no como agresiones flagrantes) . Este golpe mortal a la ética , puede hacer que el panorama político internacional vuelva atrás varios siglos cuando las querellas por rutas marítimas y colonias terminaban con la guerra.

Un conflicto bélico con móviles puramente económicos , eventualmente puede adquirir una forma distinta al "país rico invade país pobre" característico de los últimos 15 años , llegando a confrontar a dos paises con el suficiente potencial militar para dejar heridas memorables en la historia de la humanidad.

Sin lugar a duda la relación China-EU generará rispidez en el aspecto económico en los siguientes años; pensar que puedan dirimir sus diferencias usando las armas es realmente preocupante.

Las elecciones del 2008, donde el pueblo estadounidense decidirá seguir o no con la línea de anti diplomacia creada por el actual presidente Bush serán sin lugar a duda claves para determinar el futuro de la raza humana.

El tiempo lo dirá.

Hablando de errores diplomáticos . . .
Las declaraciones del gobierno mexicano sobre el cierre del consulado norteamericano en Nuevo Laredo (usando la analogía con Irak ) hablan de una terrible insensibilidad política, al tocar mediante el uso de el sarcasmo un tema tan delicado para el pueblo y el gobierno norteamericano.