El presidente de telenovela
De las aguas desbordadas por el huracán Katrina no sólo emergen centenas de cadáveres, también sale a la luz la inoperancia administrativa del presidente George W. Bush que hace renacer las dudas sobre la conveniencia de las polémicas decisiones de este "gobierno de guerra".
El pobre liderazgo mostrado por el presidente Bush ante los destrozos provocados por el huracán Katrina contrasta con la mítica imagen del 12 de Septiembre de 2001 ante el congreso de los Estados Unidos , donde el mandatario de origen Texano se erigía como el comandante en jefe de la cruzada internacional contra el terrorismo, enarbolando el estandarte de la graneza norteamericana herida por los atentados de Al Qaeda. Cuatro años después un líder de baja estatura moral desciende de por la escalinata del Air Force One abrazando a su mascota en una actitud pueril. ¿Puede alguien marcado con estos contrastes ser el presidente de la nación más poderosa del mundo?.
Durante el primer debate con Jhon Kerry rumbo a su reelección , una imagen dio la vuelta al mundo : En la espalda del presidente Bush , se asomaba la silueta de un apuntador , donde presuntamente sus asesores indicaban al mandatario qué contestar ante los embates de su rival. Esta dependencia del staff explica el porqué el presidente muestra una alarmante falta de capacidad ante circunstancias fuera del horizonte de planeación (a veces muy limitado) de los especialistas que lo asesoran. Es por eso que su gobierno desestimó la información de inteligencia que advertía sobre los atentados del 11 de Septiembre pero con la postproducción adecuada , los encuadres televisivos exactos y las arengas bajo los más estrictos estándares mercadológicos logró proyectarse como el ariete con el que el mundo derrumbaría la amenaza terrorista. Esa misma teatralidad logró vender la idea de Bagdad como un siniestro búnker de destrucción masiva, cuando sólo era la capital de un país asolado por la miseria y con una capacidad de respuesta militar casi nula.
Esos especialistas , maquiladores de la gran farsa de las guerras de Afghanistán e Irak, preparados para hacer aparecer la grandeza en un personaje tan nimio como "dob-ya" Bush , fueron incapaces de preveer la amenaza de Katrina y el desastre humanitario que implicaba. Intentaron el golpeteo mediático para rescatar la decadente imagen del presidente , pero el caso era muy distinto, los propios medios habían difundido las imágenes de la devastación en Nueva Orleans, ante el escándalo mundial la intervención del mandatario norteamericano sólo podría ser clasificada de cínica e inoportuna. Los medios , aliados del presidente durante su insensata cruzada en medio oriente, se volvieron sus peores enemigos al retratar los horrores de Louisiana y la ineficiencia del policía del mundo para cuidar su propia casa.
Lo alarmante es que lo mejor que podría pasar en estos momentos al presidente Bush es la comisión de un atentado terrorista a gran escala (en un territorio distinto a EU, por supuesto) que de una vez por todas pudiera sacar a Katrina de las pantallas y poner a trabajar toda su parafernalia mediática a favor de la imagen del "comandante en jefe",utopía novelesca del signatario. Tentación muy peligrosa.
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