miércoles, febrero 08, 2006

Mayo en Febrero

Parece que el electorado nacional quiere darle rápido trámite a los comicios electorales del 2 de Julio. En parte quizá por la saturación mediática en temas de política desde el juicio de desafuero.
No se puede desestimar tampoco el poco deseo de tener una elección reñida que pudiera conducir a tensiones postelectorales. Los votantes mexicanos quieren amanecer el 3 de Julio con un presidente electo y sin mayores exabruptos y el primer síntoma de su deseo es el descarrilamiento de la candidatura de Roberto Madrazo. Las encuestas recientes y los actos de campaña del expresidente del PRI hacen pensar que los votantes potenciales no le ven sentido a una terna de tres contendientes y decidieron empujar a uno de ellos fuera del tren desde ahora (y no hasta Mayo como se esperaba).

Con Madrazo fuera , el próximo presidente de la república será el ganador del enfrentamiento cara a cara entre Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón. Los siete puntos porcentuales de ventaja del candidato del PRD sobre el del PAN se están convirtiendo en una losa muy pesada para el partido en el poder ante la atípica conducta que el electorado muestra en fechas recientes. Aunque ningún candidato debe cantar victoria los focos amarillos deben estar encendidos en la sede de acción nacional ya que los supuestos en los que descansaba su estrategia ya se cumplieron y pese a ello siguen en segundo lugar. Y esos supuestos eran :

1. El aumento en el conocimiento de su candidato. En este renglón pasaron de 63% a 80% en un mes y el porcentaje de votantes no aumentó, de hecho disminuyó medio punto porcentual.

2. La caída del PRI. La candidatura de Roberto Madrazo parece herida de muerte y el éxodo priista en el que confiaba el equipo de campaña de Calderón no ha llegado. Parece que los priistas desilusionados engrosarán las filas del abstencionismo.

3. El convencimiento de los "switchers" : Felipe Calderón confiaba en poder ser el candidato predilecto de los votantes volátiles (los que cambian de partido en cada elección) pero en ese renglón se sigue ubicando por debajo de López Obrador.

Los esfuerzos de Felipe Calderón se deben centrar sólo en un tema: El debate. Sus habilidades de orador superan las de López Obrador y el tabasqueño ha mostrado varios puntos frágiles en su discurso que podrían ser usados en su contra. La pregunta es ¿Irá el PRD a debate?.