viernes, octubre 07, 2005

Genealogía de la política mexicana III (La guerrilla y la traición)

El primero de Enero de 1994 (mismo día en que entraba en vigor el TLC con EU y Canadá) el mundo conoció al EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) que desde la marginación de la sierra chiapaneca le declaraba la guerra al gobierno mexicano a través del primer comunicado de la selva lacandona. La guerrilla obligaba a voltear hacia aquellos a quienes el progreso del "maravilloso sexenio" salinista no había llegado. La avanzada de los neozapatistas no tenía ni por mucho los elementos suficientes para derrocar al gobierno, pero sí abría una nueva grieta en el liderazgo presidencial; y ya había algunos dispuestos a aprovecharla . . .

El EZLN no parecía una amenaza muy seria para el sexenio de salinas , aunque muchos encontraron en él un refugio a la nostalgia "foquista" de la guerrila comunista. Sin embargo las malas noticias ponían un obstáculo al suave transitar de la administración salinista. La aparición de una guerrilla al estilo centroamericano ponía en duda la eficacia en la operación política del gobierno en turno. En muchos sectores de la población existía el temor de que el conflicto en Chiapas fuera el inicio de la transición hacia un estado de guerra inédito durante la hegemonía priísta.

El mundo entero volteo hacia México embrujado por el romanticismo del discurso de Marcos y su guerrilla , esto le cerraba al presidente Salinas la puerta por la que salían las anteriores administraciones priístas ante conflictos similares : la matanza. El gobierno se vio obligado a mostrar su verdadera capacidad política de cara a la nación intentando desarticular al EZLN sin el uso de la fuerza, sin embargo el paso de los meses sólo mostró un régimen aletargado , inoperante y arrodillado ante la presencia de un comando militar nimio. El problema rebasó los alcances del gobierno hasta el punto de que se habilitó a Manuel Camacho (número dos del presidente, sólo después de el candidato a la presidencia) como comisionado para la paz en Chiapas. Se esperaba que una de las luminarias de la camarilla de Carlos Salinas resolviera el problema con un golpe teatral, mostrando la fortaleza del gobierno y el propio signatario. Pero la designación de Camacho llegó en un momento en el que la paciencia de muchos colaboradores del presidente se agotaba, poniendo en jaque el poder presidencial al interior del PRI. El tiempo fue delineando una posibilidad para estos nuevos disidentes: tomar ellos mismos el poder marginando al presidente en el cambio sexenal; la pregunta era ¿cómo lograrlo si el candidato oficial se encontraba en campaña?.

La campaña de Luis Donaldo Colosio estuvo llena de mensajes encontrados. En múltiples ocasiones se le pidió abandonar la candidatura , la presencia de Manuel Camacho en Chiapas hacia pensar en un "candidato paralelo" y el apoyo de los Pinos distaba mucho de las necesidades del ungido presidencial. Una feroz lucha por el poder estaba por desatarse a espaldas de Colosio y él estaba el vórtice del huracán , debía decidir entre ser leal a Carlos Salinas o darle la espalda y unirse al "fuego amigo" que emanaba del PRI. Luis Donaldo Colosio tomó la decisión y , aunque no es seguro en qué sentido , parece haber dejado muy en claro a las altas cúpulas priístas el bando en el que estaba jugando.

El 23 de Marzo en Lomas Taurinas (Tijuana) la venganza del otro lo alcanzó: murió asesinado después de un acto proselitista.

Ya sin saber quién estaba de su lado, el presidente Salinas tenía la misión de nombrar al nuevo candidato oficial. Ernesto Zedillo, exsecretario de Educación Pública, fue el elegido. El tiempo pondría a prueba la lealtad del nuevo entenado presidencial . . .